Mi experiencia

Creo esta página en el blog para hablar sobre mis experiencias como reconectora. Sobre las maravillas que me cuenta la gente que acude a mí para hacerse sanaciones y reconexiones, sobre las cosas extrañas que pasan en la consulta, no sólo de los movimientos involuntarios que ya me he acostumbrado a ver (en unas personas mucho más que en otras, claro está), sobre los resultados que pueda ir viendo después de las sesiones, y sobre situaciones que a veces no hacen más que darle la razón a cosas que me enseñaron en los seminarios y con las que en su día no estuve muy de acuerdo.

Para empezar contaré mi experiencia como paciente, antes de dedicarme a esto. La primera sanación que me hicieron fue increíble para mí en aquel momento, después de conocer el Reiki pensé que sería algo por el estilo y me tumbé en la camilla sin ninguna expectativa, cuando mi ojo izquierdo empezó a moverse con un tic que me duró las dos semanas siguientes, empecé a llorar y a reir desproporcionadamente, sin saber la razón que originaba risa y llanto. Me parecía como si riera de las maravillosas sensaciones que percibía mi cuerpo y como si llorara de arrepentimiento por no haber creído, durante tantos años de mi vida, en fuerzas tan invisibles y enormes. Era como si disfrutara de un gozo pleno, pero a la vez soltara en mis lágrimas todo el dolor acumulado hasta esa evidencia. Para mí fue la prueba que había pedido a lo Alto durante años y que se me dio justo cuando había dejado de pedirla porque había empezado a creer verdaderamente.
He tenido dos sanaciones maravillosas (y una tercera con una sensación muy especial) y de las dos me he levantado bastante mareada y llena de paz y felicidad.
En mi segunda mejor sanación, que fue durante el seminario, vi un color morado, empecé a tener movimientos involuntarios por todo el cuerpo y me abstraje totalmente de este mundo.
Mi Reconexión no la recuerdo, en cuanto a experiencia, como algo muy especial. Estaba acostumbrada a todas las sensaciones de las decenas de sanaciones que me había hecho (al principio crean adicción de lo maravilloso que es lo que sientes), así que no me sorprendió mucho que notara moverse la camilla, o que estaba inclinada hacia un lado, que me rozaran el muslo, que sintiera corrientes circulando dentro de mi cuerpo, lo más novedoso fue notar, el primer día, una presión y un picor en un punto de la parte izquierda de mi cara, y el segundo día el mismo punto pero en la derecha ahora sé, que son los puntos de acupuntura IG1. No volví a mi casa demasiado sorprendida, de hecho el día final de la Reconexión, en vez de regresar a descansar pretendía ir a Lavapiés a comprar un verdadero curry hindú, menos mal que un amigo, que se reconectó a la vez que yo, me aconsejó que reposara y dejara actuar a las energías.
A las dos horas de la Reconexión empecé a sentir agujetas qu ese intensificaron mucho por la noche, apenas me podía mover, y levantarme a coger un pañuelo me resultó una odisea, quizá hasta tuviera fiebre, me sentía como si estuviera pasando un gripazo enorme, pero sin síntomas de gripe.

Pero lo mejor, claro, son los resultados que han tenido, aunque esto actúa de unas maneras muy sutiles, que a algunos pueden parecer casualidad.


LOS RESULTADOS DE MI RECONEXIÓN

Pero lo mejor, claro, son los resultados que he obtenido, aunque esto actúa de unas maneras muy sutiles, que para algunos pueden parecer casualidad, pero si tienes las consciencia abierta sabrás que no existen las casualidades. Al principio de mi Reconexión, durante los primeros seis meses tuve muchísimas discusiones, me encontraba desorientadísima porque no sabía qué me estaba pasando, sabía que la frecuencia con la que me estaban surgiendo discrepancias con otras personas no era normal. Con el tiempo he ido estudiando el fenómeno de la Reconexión y empecé a encontrar información sobre lo que había pasado mi vida, hay canalizaciones que explican que con este proceso de reconexión acabas con tu carga karmática, y si tienes mucha carga de este tipo se te ofrecerá la posibilidad de deshacerte de ella, y esto puede resultar duro. Es como cuando limpiamos una casa, hay que ponerlo todo patas arriba para volver a ordenarlo, pues aquí pasa lo mismo para algunas personas, no todas. Tienes que alejarte de todas esas personas que vibran diferente a ti, porque tú has cambiado de vibración con la Reconexión, y es difícil seguir estando de forma habitual con gente que está en una vibración más baja, que intenta dominar lo que haces en la vida, que te juzga, que te plagia tu trabajo o que hace esas cosas que todos, mientras seamos humanos, debemos trabajar por evitar. Lo que os puedo asegurar ahora que ha pasado más tiempo, es que las personas de las que me desvinculé gracias a ese cúmulo de discusiones estaban frenando mi evolución, eran una traba para mí. Les mando desde estas palabras todo mi amor y les agradezco que se ofrecieran para hacer que mi ser comprendiera tantas cosas, pues los obstáculos hacen crecer más que nada en la Vida.
También empecé a ver tras reconectarme los números 33 y 333 por todas partes. Me pasan cosas como girar la cabeza, ver un cuaderno olvidado de algún compañero de trabajo y leer "33 alumnos por 333 euros", siento que tengo más poder de visualización, que voy a llamar a alguien que justo aparece detrás de mí, que se me manifiestan multitud de sincronicidades, que mi ánimo está mucho más alto, tengo más energía, y puedo trabajar en más cosas que antes a la vez que sigo formándome. Comprendo mucho más la necesidad de amar y trabajar por cultivar la inocencia, que antes trabajaba por eliminar tal y como nos pide la mayoría de la sociedad. Atraigo a gente maravillosa y cada uno de mis pacientes me aportan conocimientos y oportunidades. La Reconexión en general me ha dado fuerza para seguir siendo quien de verdad soy, para desconectarme (sí, "desconectarme") de la sociedad en la medida que me es posible. Hay quien dice que el pensar bien de todos es vivir en la película "Bambi", pero no es así, sólo es comprender como es el ser humano y confiar en la bondad que todos llevamos dentro y en que se está produciendo un cambio en el que vamos a hacer patente todo lo bueno que llevamos con nosotros. Sigo viviendo en el mundo, y por tanto sigo sintiendo emociones negativas (todo tienen su equilibrio y el día no existe sin la noche), pero ahora soy capaz de dominarlas, cosa que antes no concebía. También siento que se me ponen pruebas una y otra vez, y que cuanta más calma he tenido para afrontar un obstáculo de la otra parte se insiste en agravarlo, pero creo que es como nivelillos de un videojuego, si los has pasado bien, ahora toca el siguiente nivel, más complicado aún. Pero ese día en el que toca nuevo nivel me visto de colores (cosa que antes tampoco hacía), doy gracias por tener una vida tan plena y pido al Universo, Dios o como se quiera llamar, que siga llenando de conocimiento el mundo, porque no hay bien ni mal, sólo hay conocimiento e ignorancia, luz y oscuridad y pelearse con la oscuridad no sirve para nada, la única forma de ganarle la partida es abriendo la ventana y dejando que la luz, el conocimiento, lo inunde todo.